Mantienen un mismo
principio de amor, así como los católicos. Creen en que hubo mensajeros y profetas y discrepan con cristianos porque para ellos solo existe un único Dios; pensar en la existencia del espíritu santo o una trinidad es inconcebible. El Corán les dice cómo deben de vivir y rige inclusive algunas leyes políticas. (Valga decir que le acepté una copia del Corán para leerla en casa).
Aparte de eso mencionó que el hombre puede elegir casarse con una mujer no musulmana pero no al contrario. Dentro de sus tradiciones, el hombre es el que toma las decisiones, el que mantiene a la familia y una mujer dominante puede llegar a ser un problema. Dicho esto, el hombre es el que decide qué religión van a seguir los hijos. Si una mujer se casa con una persona de otra religión, ese individuo tendría la potestad de elegir otra religión distinta de la musulmana para los niños y eso tampoco es bien visto. Es casi un insulto para la familia.
Me contó que se
reza 5 veces al día, no importa donde estén, siempre viendo en dirección a la Meca. Acá pueden encontrar las
horas exactas para rezar según la zona de Estambul donde se encuentren. Durante ese espacio, no es permitido que los turistas ingresen a las mezquitas, tomen fotos o vídeos porque es un momento de conexión con Dios y de respeto. El sonido similar al canto que escuché durante mi primer día es el llamado a la oración y resuena por la ciudad porque tienen parlantes. Las frases que recita el almuédano son en árabe como por ejemplo: Allah es grande, Allah es grande.
En ese punto, después de comprometer mi mente a no involucrar mis convicciones y prejuicios, tenía un
enorme reto por absorber esa información de la manera más imparcial posible. Y conseguí genuinamente interesarme en conocer más porque quería aprender, entender algo opuesto a lo que yo había escuchado toda mi vida. Necesitaba desafiar mi tolerancia sabiendo que estas personas no eran malintencionadas, simplemente tenían una convicción tan fuerte como la mía pero con principios diferentes. Y eso lo volvió
más intrigante.
Tener el corazón abierto es lo más complicado que he podido experimentar. Pero tras casi dos horas de conversación, le conté sobre mi pequeño blog y lo que me interesaban todos esos datos, esa perspectiva de una persona que también tuvo la apertura de escuchar mis puntos de vista sin ofenderse ante las diferencias culturales. Le di las gracias de la manera más sincera posible. Y fue grande mi sorpresa cuando le aceptó la mano a mi compañero de viaje y a mí no. Muy cautelosamente dijo: - Ahora que le he explicado un poco sobre nuestras tradiciones, espero que no se tome personal que no pueda aceptar darle la mano. Es irrespetuoso y mal visto tocar a una mujer. A veces he tenido que hacerlo para no ofender a nadie pero en este caso, viendo su interés por la
cultura musulmana, siento que puedo ser honesto. - Y le hice una reverencia con la cabeza, sonriéndole.
Después de cenar, regresamos al hostel y recibí un mensaje en mi
página de facebook del blog. Fatih (el voluntario de la mezquita con el que hablamos) nos invitaba a una cena cultural para compartir un rato. Estaba muy sorprendida pero acepté con todo el gusto. Ofrecí llevar algo pero no quiso. Así coordinamos vernos al día siguiente antes de que comenzara la oración en Süleymaniye.
Me levanté temprano y en la tarde, nos dirigimos hacia la mezquita media hora antes del llamado a oración (conocido como aḏān). Mientras Fatih se desocupaba, me acerqué a hablar con las
jóvenes voluntarias porque quería escuchar el punto de vista femenino musulmán. Por segunda vez vi reflejado en sus palabras y miradas la convicción tan honesta en sus creencias. Siguen el Corán de manera literal, les gusta la idea de taparse para protegerse de pensamientos impuros, de mantenerse intactas para sus esposos, para que se interesen en su mente, inteligencia y no en el físico. Nadie las obliga a usar hiyab, por lo menos no en esa región. Les gusta orar separadas, las ayuda a concentrarse mejor. Contrario a lo que yo pensaba, ellas tienen potestad de elegir con quién casarse ya que los matrimonios no son arreglados como lo era en el pasado. Aunque sí mencionaron que eso puede variar de región en región. Pueden estudiar, trabajar aunque su mayor responsabilidad son los niños. El hombre es su líder y como tal, su principal trabajo es proveer dinero. También pueden elegir divorciarse.
El hiyab lo comienzan a usar durante la pubertad aunque a las niñas les gusta vestirse así desde una edad más temprana. L
a familia es importante al igual que las tradiciones, sus principios se basan en el amor y la obediencia. Unas jóvenes encantadoras, amables y receptivas. Les agradecí su tiempo y Fatih se nos acercó para ubicarnos en un lugar especial en la mezquita, a un lado del área donde los hombres oran. Consiguió que nos dejaran estar presentes durante la oración.
Sublime. Una convivencia íntima e individual envuelta en el aura mágica de aquella voz que llama a los musulmanes a cumplir con su Dios. Me dediqué a contemplar a los niños, jóvenes y adultos unidos en la esfera de rezos.
Tras un rato, nos levantamos y salimos de la mezquita. Nuestro nuevo amigo nos llevó a conocer a
Sehmus Kacan, uno de los mejores calígrafos en Estambul con un trabajo impresionante. Su oficina estaba llena de cuadros con arte caligráfico hecho por sus manos hábiles. Creo que la mayoría en árabe, algunas obras recitaban partes del Corán con detalles y adornos exquisitos. Lo observé trabajar y ofreció escribir mi nombre en árabe como regalo. No cabía de la emoción. Un detalle tan simple que agradecí de corazón.